Tenemos más campos que nadie, pero eso no nos hace ricos. Seis de cada 10 niños argentinos son pobres. Seis de cada 10 niños no tienen acceso completo a la comida, la salud y la educación.

Las estadísticas son frías y cuesta darles dimensión. Pero ese número estadístico representa la realidad de más de 8 millones de chicos. Y dentro de esas cifras, el Gran Tucumán tiene tasas de pobreza y de indigencia más elevadas que gran parte de la Argentina. De hecho, un 20 % de nuestra sociedad metropolitana vive cerca de un basural.

En una década, cuando todos esos niños que han pasado hambre y no han terminado ni la primaria sean adultos, estaremos viviendo una época más desalentadora. Por eso, ahora debemos ponernos de pie. Lo hicimos aquí cuando hace más de 200 años se declaró la Independencia de toda una nación. Cuando aquí hubo coraje, valentía y decisión.

Tucumán necesita héroes, otra vez.
Tucumán necesita una reconstrucción. Y la reconstrucción no es sólo ecónomica, sino moral.

Las señales del deterioro local son inocultables. Cuando uno pone un pie en cualquier provincia vecina, la comparación se vuelve inexorable. Reconstruir es el verbo que reclama este tiempo. Para que nuestra provincia vuelva a ser el faro del Norte.

Por eso, queremos ser una alternativa de gobierno, con orden, con transparencia y con eficiencia.
Y ni el orden ni la transparencia ni la eficiencia son de izquierda o de derecha. Son el camino de la transformación.

Son el camino para transformar la política.
Para terminar con la corrupción.
Para que cada peso que ingrese vaya a obras y servicios.
Para que la pobreza y la indigencia dejen de ser el destino crónico de casi la mitad de los tucumanos. Para que la energía y la creatividad de la gente no se diluyan ante las trabas de un Estado ineficiente.
Para terminar con la incertidumbre como forma de vida.
Para que desaparezca la brecha entre una dirigencia que se habla a sí misma y una ciudadanía que quiere progresar.
Para que la inseguridad nos deje en paz.
Para que la educación sea de calidad.

Tucumán tiene todo para ser una de las mejores cinco provincias de la Argentina.